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Los expertos consideran que durante el presente año, se acrecentará el interés por la compra inmobiliaria. Superará el interés por el del alquiler. Se espera un crecimiento del 8,25% en el caso de la compraventa y de un 33% en el del alquiler.
Por otro lado, se espera un encarecimiento de los precios de la compra inmobiliaria que podrían variar entre un 2% y un 6%. La variación dependerá de la ubicación de la zona geográfica y sobre todo en la obra nueva, en las grandes ciudades y en los polos turísticos.
Si nos atenemos a las comunidades autónomas, los precios podrían subir hasta un 7,9% en el País Vasco y un 7,8% en las Baleares. Mientras que se rebajaría a un 3,7% en una comunidad como la de Madrid.
Según informan las agencias inmobiliarias, constructoras y tasadoras del sector, la crisis que provocó la pandemia ya ha sido remontada. Consideran que en términos generales el precio registrará un incremento moderado.
Esto junto con la experiencia del confinamiento por la Covid provoca un efecto llamada para que muchas familias se planteen la compra tanto de primera vivienda como de una segunda residencia.
Así mismo, ha crecido el interés por la compra de finca rústica en nuestro país. Según informa el idealista un 24,5% y se ha duplicado si la comparamos con antes del estallido de la pandemia.
Los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre transmisiones de la propiedad demuestran que durante el ejercicio del año anterior se concretaron 158.482 transacciones de fincas rústicas.
Información que confirma que “el campo se ha convertido en un valor refugio para muchos inversores” como es la opinión de Juan Rueda, consejero delegado de Ruralista empresa experta en gestión de fincas, tecnología y big data.